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¿Si sigues llorando y sufriendo no dejas descansar al fallecido?, ¿A él/ella no le gusta verte así?

  • Isaac Hernández
  • 7 sept 2015
  • 2 Min. de lectura

Las anteriores son preguntas comunes en personas que llegan a buscar ayuda para elaborar su duelo, ya que son frases habituales que nos dicen las personas que nos acompañan en el proceso de la pérdida. Estas frases tienen como objetivo lograr que las sintomatología relacionada con la perdida disminuya, es decir, que en nombre del descanso de la persona fallecida, y lo más rápido posible, logremos disminuir el dolor, dejemos de llorar, que logremos una vida lo más “normal” posible, que lo dejemos descansar y sigamos adelante “echándole ganas”.


Nos da mucho alivio creer que la persona fallecida se encuentra en otro plano al nuestro y que en algún momento nos reencontraremos nuevamente con ella, pero en ese otro plano ¿Nos ve? ¿Nos escucha? ¿Realmente sufre por vernos llorar? ¿En verdad no descansa por ver el dolor que causo su muerte? Según la biblia no es así, los muertos duermen esperando la venida del Señor, pero ni ven, ni escuchan, ni sienten, ni nada, y hago referencia a la biblia ya que la mayoría del as personas que he tenido la fortuna de acompañar en su duelo manifiestan la creencia en Cristo, Dios, Jehová y hacen referencia a éste libro.


Existen un sinnúmero de teorías que hablan de vida después de la muerte y tratan de explicar lo que sucede más allá de ésta vida, pero al no ser posible comprobar al 100% que existe o no algo después de la muerte y al no ser ese el tema del presente artículo nos enfocaremos en lo que puede producir en el doliente la aseveración que si les lloramos o “les sufrimos” no los dejamos descansar.


1.- El asegurar que desde donde están ven a los dolientes nos puede llevar a la idea que en algún lugar siguen vivos y esto puede provocar que no aceptemos la muerte de nuestro ser querido, impidiendo así la realización de duelo.


2.- El doliente sumará a su duelo la culpa de no dejar “descansar” al fallecido.


3.- El desgaste del doliente para tratar de reprimir la sintomatología derivada de los sentimientos y emociones que se desatan con una pérdida será mucho mayor que si acepta y vive su dolor sin miedo de ser visto y defraudar así a su ser querido.


4.- La represión de los sentimientos llevará al doliente a una mala o nula elaboración del duelo y no logrará integrar la pérdida a su vida, impidiendo su aprendizaje y su crecimiento como ser humano por lo que no logrará “rehacer su vida”.


El único que sufre, el único que no descansa, el único que se estresa, el único que lo padece es el doliente por no poder expresar los sentimientos y emociones de su duelo y no podrá integrar de manera satisfactoria la pérdida a su vida. Si no sabemos que decirle a un doliente no le digamos nada, pero evitemos las frases hechas y tilladas que sólo complican las cosas, recordemos que el que dejen de llorar no significa que superaron el duelo.


Isaac Hernández.

Psicólogo.


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